Se forman por dilataciones anómalas de las venas de las piernas, debidas a la incapacidad de la pared venosa de mantener su función e impulsar la sangre hacia el corazón. Además de los problemas estéticos que causan, pueden originar complicaciones como flebitis, trombosis, úlceras, hiperpigmentaciones y estasis sanguíneo, lo que ocasiona pesadez, hormigueos y edemas.
Antes de comenzar los tratamientos, el médico realiza una exploración completa de ambas piernas para descartar patologías profundas y contraindicaciones. Los tratamientos más eficaces son microflebetomía (con anestesia local), inyecciones con esclerosamentes o microespuma, crioesclerosis, fotoesclerosis o esclerosis con láser y la radiofotoesclerosis, técnica que combina láser y radiofrecuencia.
Los tratamientos eliminan las varices que ya han aparecido, pero no previenen las causas que las originan, por lo que es posible que aparezcan otras nuevas. Sí que se pueden tratar de prevenir con medidas higiénico-dietéticas que recomendará su médico estético.